Gritar, insultar e humillar

En ocasiones, los primero indicios de violencia machista son comentarios degradantes, insultos, observaciones humillantes sobre la falta de atracción física, la inferioridad o la incompetencia de la mujer para realizar determinadas tareas. 


Si te amenaza, te humilla, te grita o te descalifica en público o en privado, ¡peligro! No debes consentirlo. "El problema es que la sociedad española no acaba de entender que eso es maltrato", lamenta la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, con datos en la mano: "El 7% de la población tolera las amenazas verbales y el 9% el maltrato psicológico de desvalorización.

"Vas vestida como un puta"; "mira cómo tienes la casa, puerca" o "tú calla, que de esto no sabes burra", son los típicos insultos y desvalorizaciones del maltrato machista. 

Los gritos, insultos, humillaciones, acusaciones, burlas o gestos humillantes destruyen la autoestima y afecta seriamente la dignidad. La mujer maltratada comienza un proceso de aceptación de la crítica que termina con una comprensión y probación de la violencia como “castigo” por sus faltas.


Por otro lado, este tipo de violencia machista llega a las redes sociales. Los datos son muy significativos y es que 6 de cada 10 chicas reciben mensajes con insultos machistas de sus parejas y “amigos de su pandilla” vía WhatsApp, Twitter y llamadas. Y lo peor de todo es que muchas de las receptoras no consideran estos actos como maltrato aunque un 10% reconoce que esos mensajes les han hecho pasar miedo.









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