Lenguaje sexista

La lengua es el instrumento que usamos para expresar nuestros pensamientos, nuestras ideas y nuestra forma de concebir el mundo. Por tanto, contribuye a nuestra percepción y a nuestra interpretación de la realidad. Es también el reflejo de la cultura de una sociedad en un determinado momento. Por un lado, da cuenta de los cambios que se vienen produciendo y, por otro, testimonia todo lo que hemos sido, pensado, creído… Cada lengua constituye una herramienta eficaz de comunicación y también de poder, pues al mismo tiempo que es el vehículo de nuestras ideas, puede ayudar a transformarlas o a perpetuarlas.

El sexismo lingüístico es el que utiliza palabras o estructuras para discriminar a mujeres ya que es más frecuente la discriminación lingüística que sufren las mujeres por ser también el lenguaje un instrumento de poder que perpetúa la jerarquía en función del sexo, es decir lo que se conoce como cultura androcéntrica.

ANDROCENTRISMO
Modelo social que pone como prototipo lo masculino. Considera la experiencia de los hombres como superior y universal sin tener en cuenta lo que las mujeres aportan como experiencias propias, es decir, considerar al hombre como centro. El androcentrismo se considera un punto de vista, frente al sexismo que se considera una actitud. Es causa y también origen de usos lingüísticos determinados que son absolutamente androcéntricos. El más importante de los usos es utilizar el masculino como falso genérico, que refuerza el punto de vista androcéntrico, hace invisibles a las mujeres.

MASCULINO GENÉRICO Y LA INVISIBILIZACIÓN DE LAS MUJERES
Entendemos por masculino genérico el utilizado para referirse a hombres y a mujeres mediante el uso del género gramatical masculino, utilizado como específico también para referirse al sexo masculino. Por el contrario, el género femenino solo puede utilizarse para designar a mujeres, es decir solo tiene el valor específico. Desde una perspectiva exclusivamente lingüística, es correcto, pero conduce a que se interprete lo masculino como universal y contribuye a la discriminación lingüística, debiendo evitarse siempre que sea posible, utilizando para ello los recursos que la propia lengua nos ofrece.




El sistema lingüístico del castellano ofrece posibilidades para que no se produzca discriminación sexual en su uso. Existen múltiples recursos lingüísticos que no requieren desdoblar continuamente (que es lo que la mayoría entiende como solución al sexismo del lenguaje); se trata de utilizar estrategias y recursos que posee nuestra lengua y que no faltan ni a la gramática, ni contravienen el principio de economía del lenguaje, sino todo lo contrario, ya que la mayoría se caracterizan, precisamente, por su brevedad. No podemos olvidar que el principio fundamental del lenguaje es que la comunicación sea efectiva, por lo que, en el peor de los casos, siempre será preferible usar un término más a que el mensaje resulte equívoco y/o sexista.




Por otro lado, hay palabras en cuyas definiciones encontramos estereotipos  de género que fomentan la desigualdad entre hombres y mujeres. Tal es el caso de las definiciones de

Masculino: varonil, enérgico
Femenino: débil, endeble
Cocinilla: hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia
Gozar: conocer a una mujer carnalmente
Huérfano: dicho de una persona menor de edad a quien se le ha muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre.
Coñazo: persona o cosa latosa
Cojonudo: estupendo, magnífico, excelente

Además, hay palabras que con solo cambiar a género femenino cambia su significado discriminando a las mujeres y en la mayoría de las ocasiones asociando su persona a la prostitución.Tal es el caso de sustantivos como:

Hombre público: personaje prominente. Funcionario público
Mujer pública: prostituta
cualquier: fulano, mengano
una cualquiera: prostituta
Perro: animal doméstico
Perra: prostituta
Zorro: hombre taimado y astuto. Mamífero cánido
Zorra: prostituta

En último lugar, no podemos dejar de mencionar los refranes que durante mucho tiempo han estado presentes en el ideario popular y que reflejan mensajes absolutamente discriminatorios e incitadores de la violencia hacia las mujeres. Estos son algunos ejemplos.

Detrás de un gran hombre hay una gran mujer
A la mujer y a la burra, todos los días zurra.
A la mujer que fuma y bebe el diablo se la lleve.
A la mujer barbuda, de lejos se le saluda, con dos piedras mejor que con una.
A la gallina y a la mujer, le sobran nidos donde poner.
Cojera de perro y lágrimas de mujer, no son de creer.
La mujer es buena por ventura y mala de natura
Mujer buena, la que está bajo tierra
A la mujer el hombree la ha de hacer
mujer hermosa, soberbia y contenciosa
mujer bigotuda, a ganar el pan ayuda.
mujer que remienda, aumenta su hacienda
En mala mujer mucho mal puede caber
La mujer sabe sin maestro llorar, mentir y bailar
La mula y la mujer a palos se ha de vencer
A la mujer bailar, y al asno rebuznar, el diablo se lo ha de mostrar
A la mujer y a la mula, por el pico se les va la hermosura
La gallina, la mujer y el marrano, con la mano.
La mujer tiene derecho, si se mantiene en su techo

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